Sin pena ni gloria
El Atlético Madrid se despide del Mundial de Clubs en primera fase sin mostrar una idea de juego clara y sin la rebeldía necesaría para haber aspirado a más. Fracaso rotundo.
Mucho se habló del final de temporada del Atlético Madrid, tras quedarse sin opciones en las diversas competiciones. Sin posibilidades de título en La Liga y tras quedar eliminado en la Copa del Rey a manos del FC Barcelona y en la Champions por el Real Madrid en aquella recordada tanda de penaltis, la recta final de campaña fue un dejarse ir como preparación a este Mundial de Clubs, la última esperanza para lavar una imagen empañada por la falta de fútbol, de talla en los momentos cumbres y también por infortunios que fueron una losa en instancias decisivas. Una mezcla de todo que aparentemente iba a ser enmendada con una buena actuación en los Estados Unidos, nada más lejos de la realidad.
Atlético Madrid sigue siendo un equipo de paradojas. Hasta ahora es el primer equipo en ganar a un club brasileño en este Mundial, pero a la vez se convirtió en el primer equipo europeo en marcharse de la competición y por la puerta de atrás, con sobrados méritos pese a sumar 6 puntos de 9 posibles y a creer en una remontada que siendo sinceros, no tuvo posibilidades de suceder.
Anoche necesitaba anotar 3 goles al Botafogo para pasar de ronda y tan sólo creyó en esa posibilidad en la recta final de un partido en la que una y otra vez se estrelló ante la solidez defensiva de su rival. La dupla Jair Cunha-Alexander Barboza fue insuperable hasta el gol postrero de Antoine Griezmann a los 87 minutos. Hasta entonces, 15 minutos de arrebato y continua oposición solvente de un Botafogo que le cerró todas las puertas del gol.
El partido y la necesidad de ganar era para que los "Colchoneros" salieran desde el inicio a comersen a su rival, algo que no sucedió. El ritmo lento de su juego y la falta de dinámica y de sorpresa, atentaron contra la voluntad de un resultado urgente que se vio también condicionado por un equipo brasileño que con espacios y a la contra, hacía daño. No era un rival cómodo el Botafogo; -como ante el PSG-, defendió con líneas juntas y sin conceder espacios, no se vió sorprendido por un Atlético Madrid, que con su ritmo lento y previsible, no le inquietó. Tan sólo en la segunda mitad y con la exigencia del reloj, dio un paso al frente y con más desesperación que con orden, consiguió generar ocasiones hasta el 1-0, pero ya fue muy tarde. Las prisas no son buenas consejeras.
4 remates entre los 3 palos es un bagaje pobre en un partido en el que necesitas anotar 3 goles para clasificar. La falta de fútbol para crear ocasiones y la falta de precisión en el tercio final fueron un lastre para el equipo de Simeone, que se quedó sin competir ante el PSG, que le pasó por encima en un partido desequilibrado por la distancia en nivel entre ambos equipos y en el partido crucial ante un Botafogo, impenetrable, se marcha de vacío sin darlo todo y lo que es peor, con una sensación de incapacidad y de letargo futbolístico, distante del que sin continuidad, mostró hasta la eliminatoria de octavos de final ante el Real Madrid en la última Champions en donde terminó su temporada. Aquella noche, se rompió en mil pedazos la campaña para este Atlético Madrid, que ya no volvió a recuperar los trazos de fútbol rápìdo y dinámico que mostró en la recta final de 2024 y al inicio de 2025.
Todo se rompió en la Champions y sin refuerzos, sin energía y sin capacidad de resolución, se marcha sin pena ni gloria de un torneo en el que dejó mucho que desear, con todo y que sumó 6 puntos de 9 posibles. Su falta de fútbol fue alarmante en los Estados Unidos.

Juan Carlos Quiñonez Bonilla
Periodista Deportivo. Especialista en Fútbol Internacional
Editor Discoveryfootball.com
Miembro AIPS España.
Graduado en Scouting y Análisis del Juego en MBP School en Barcelona (España).
Experiencia periodística en Todelar Radio (Colombia), Fútbolred (Colombia), Cablenoticias (Colombia), Europa FM (España), Briefing Networks (España)
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