En ambas circunstancias; Mané fue decisivo, anotando los tantos definitivos en la histórica corona de 2021 ante Egipto y en el partido crucial de nuevo ante los egipcios en la previa de la Copa del Mundo de Qatar. El héroe de todo un país, del que se esperaba lo máximo, no decepcionó. Un jugador que tuvo alardes de jerarquía en los momentos más álgidos.

Camino a la cima

Llegar a la cúspide de su carrera le ha costado al joven nacido en Sedhiou el 10 de abril de 1992. En su primera aventura en el Metz apenas brilló, después apareció en escena el Red Bull Salzburg, en el que en su primera temporada se despachó con 19 goles en 29 partidos. De ahí en adelante, ha sido un continuo crecimiento con picos muy altos como la conquista de la Champions en 2019 con el Liverpool y la de la Premier en 2020. En ambas fue capital.

En el Southampton se dio a conocer al primer plano europeo y ahora en el Bayern tras agotar los elogios en el Liverpool, quiere dar un paso más en su imparable carrera.

Con Senegal ha sido casi lo mismo. Discreto inicio por allá en 2012 y evolución meteórica como gran figura y estandarte de su selección a partir de 2016 cuando asumió con plenitud, los galones. Finalista de la Copa de África de 2019, se sacó la espina en 2021 ante la Egipto de Mohamed Salah; a propósito, de nuevo por detrás del ya fichaje estrella del Bayern.



Mané, ha conseguido igualar al propio Salah con dos coronas a Mejor Jugador Africano del Año y también a otros legendarios jugadores como Didi Drogba, El Hadji Diouf, Nwankwo Kanú y Roger Milla. Todos ganaron 2 premios y ésta noche Sadio Mané, les igualó tras un año memorable.

Lo mejor para él es que está en la cúspide de su carrera y si su rendimiento se mantiene en el Bayern y en su selección, nadie duda de que en un año recogerá su tercer título de "Rey de África". Apostamos a que así será?.