El partido fue un querer y no poder marcar del Liverpool en ataque. Hasta 24 remates a portería, 4 de ellos entre los tres palos y la falta de acierto en algunas ocasiones y en otras la gran muralla de contención que plantó Patrick Vieira con un Palace rocoso pero muy competitivo.

Los "Crystals" metieron un 5-4 con líneas juntas y permanentes ayudas por dentro y por fuera para anular el juego de costado y el interior de un Liverpool con una circulación de balón sideral. Sin Thiago en la "sala de máquinas" pero con James Milner, rindiendo a gran nivel; los "reds", encerraron a su oponente y lo sometieron a una incesante cascada de ataque que nunca encontró el gol en la primera mitad.

El que sí no perdonó fue un atacante muy fiable como Wilfried Zaha que rompiendo la mala colocación de la zaga "Red" definió con soltura y precisión a los 32. Un martillazo que se encargó de emparejar un notable Luis Díaz, pero en la segunda mitad, ya que en la primera parte pasó completamente desapercibido.

Al 61` y en el peor momento del Liverpool tras la expulsión de Darwin Nuñez, el colombiano en una notable acción individual, emparejó el partido en lo que es su quinto gol en 15 juegos en la Premier, un tanto que le devuelve a la senda anotadora que perdió de forma dramática en la recta final de la pasada campaña.

Díaz, brilló en el ST; por el gol, por la intensidad que le imprimió a cada una de sus acciones en defensa y en ataque y se mostró más participativo y desequilibrante, que lo que hizo en el capitulo inicial. Pese a todo, su calidad no bastó para que este Liverpool que tiene dinamita arriba, como ante el Fulham en la apertura, haya carecido de contundencia. En una liga de alto vuelo como la Premier, esto se paga con creces. Empate final a uno, para ya estar a cuatro del Manchester City, líder. Por ahora está fuera de posiciones europeas.